
Durante mucho tiempo intente despegarme de casi todo lo que me convertía en una mina típica, digo casi todo porque jamas abandonaria los zapatos, las carteras y todo lo que tenga que ver con la moda, era quizás lo único en lo que me sumergía sin culpas y sin miedo a mis propios prejuicios. Pero, me costaba relacionarme con otras mujeres de igual a igual, los vinculos de amistad que había establecido años anteriores se habían deteriorado y yo solo pretendía hacer de esta nueva etapa de mi vida algo completamente despojado de toda feminidad posible, quizás porque estaba enojada con el lugar al que había llegado en la vida con mi ser mujer a cuestas. No idealizaba a los hombres, pero si al lugar que los hombres ocupan en esta sociedad, yo definitivamente los envidiaba. En esta etapa de mi vida, me aleje de todas las mujeres que de una forma u otra representaban para mi, la imagen mas típica de una mina, las super amas de casa, las super mamas, las super amigas comprensivas, las super novias. Yo quería ser medio ama de casa, medio mama, medio amiga, medio comprensiva (la verdad que comprender a otros era lo que menos me interesaba) y bueno novia ya no podía ser porque era "esposa". Los años pasaron y yo me mantuve al margen de todo eso con éxito, pero (definitivamente esta vida siempre tiene un pero) un año, un día de ese año, un día de esta vida mía, renegada completamente de su condición de mujer, me coloco de un empujón en mi lugar, (situación que no voy a contar porque no es lo que me interesa relatar), tenia yo que lidiar con mi "puta sensibilidad de mujer", esto significa, a saber: llanto, dudas, llanto, desesperacion, llanto, preguntas de la orden de "que hice mal?", llanto, noches de insomnio, llanto, y la sensacion de soledad mas grande que una mujer puede sentir "no tener amigas", las había evitado sistematicamente a todas y a cada una de ellas, porque me reflejaban eso que yo no quería ver... que era vulnerable. Y un día de "esos días" llame a una de esas minas amigas mías para decir: _che, no sabes lo que me paso! y para mi alivio, la vida no es justa, y las minas definitivamente somos las únicas capaces de comprender a otras minas, la solidaridad y el aguante que una mina te da, si es tu amiga, realmente salva, mas que el psicólogo, el medico, el laburo, las pastillas y todo a lo que quieras recurrir cuando no tenes amigas...y aunque aun hoy reniego de algunos aspectos en los que mi condición de mujer me coloca, y sin ánimos de convertirme en un cliche andante al mejor estilo Nazarena Velez, con toda esta puta sensibilidad a cuestas quiero agradecer a esta vida mía, el haberme dado la oportunidad de experimentar lo que una mina puede hacer por otra mina...